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Simplemente Hacelo

Un día más, me levanto, y mientras desayuno reviso mi lista de pendientes y veo
còmo incluirlos en mi agenda del día. Siempre, pero siempre, los pendientes son una
lista interminable. Y la agenda del día es finita. Inevitablemente, tengo la sensación de
querer meter en una cajita pequeña, otra caja enorme.
Sin embargo, todos los días me enfrento a eso, y claro, me frustro. Así que, apelando
a mi autocrítica me cuestiono mi actitud cotidiana de tener siempre todo
anotado y de tener siempre cosas para hacer. Siento que escribirlas es mejor que
llevarlas en la cabeza, y eso creo que está ok. Claro que la exigencia está igual.
Esa listita de “tengo que hacer, o to do list” la llevo conmigo de aquí para allá, y
es una gran alegría cuando voy tachando, y no me divierte nada cuando tengo que
agregar otros ítems.
Pero lo que realmente no entiendo es por qué hay cosas de esa lista de pendientes
que pueden habitar allí por meses y hasta años. Sí, sí, esos pendientes que son esas
cosas que quiero hacer y que nunca encuentro el tiempo.Y ahí está el tema, ¿cualés
son esos pendientes? Por lo general, actividades o trámites que tienen que ver con
algo para el placer o satisfacción para mí.
 Por qué hay quienes somos geniales para las
obligaciones pero solemos postergar, nos cuesta, dale prioridad a lo que sencillamente
nos encanta.
Así que hoy me digo, quizás esas cosas no deban ir en esa lista de “obligaciones”
Pendientes. Quizás esos placeres si deben estar en mi cabeza para que estén latentes,
Para que, sin querer queriendo, logre hacerles un espacio en mi vida. Hoy me digo a mí
misma,”simplemente hacelo”.
Nota de Revista Psicología Positiva.
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